diumenge, 21 de novembre del 2010

El entorno y el artista

La producción de un artista depende de muchos factores. La educación, la cultura y la sociedad en la que vive podrían ser los más relevantes, aunque tampoco podemos olvidar su vida sentimental, sus relaciones personales e incluso el cómo se haya levantado ese día pueden llegar a ser cruciales. Hoy nos centraremos en el entorno y en cómo este afecta a un pintor de renombre como Velázquez.
Velázquez comienza su vida artística en un taller sevillano. Es esta la época en la que aparece “Vieja friendo huevos”. En este cuadro se hace gala de un realismo y de un detallismo desbordantes. El autor nos permite disfrutar de todos los pliegues de las ropas, de cada arruga de los rostros y hasta podemos distinguir el aceite dentro del cazo. Claramente esta es una obra majestuosa pero que está claramente condicionada por las pinturas costumbristas y el realismo de la escuela andaluza.
"Vieja friendo huevos" de Velazquez (1618)
Después, Velázquez llega a Madrid para introducirse en la Corte de los reyes de España. En esta época aparece una gran cantidad de retratos protagonizados por la nobleza. Unos retratos como “El príncipe Baltasar Carlos a caballo”. Unos cuadros bonitos y correctos, pero que no llegan realmente a destacar. Es aquí donde Velázquez saca todo el oficio que esconde una vocación como la pintura para representar cuadros que no le quitan el sueño pero que le permiten cobrar grandes cantidades de dinero.
"Felipe IV" de Velazquez (1626)
Siguiendo en la Corte, Velázquez viaja a Italia, donde se empapa de todo lo que era el Renacimiento. Allí es donde el pintor descubre la mitología clásica y perfecciona sus representaciones anatómicas. Es esta la época de cuadros como “La fragua de Vulcano” 
"La fragua de Vulcano" de Velazquez (1630)
En un segundo viaje a Italia, Velázquez profundiza mas en el conocimiento de la pintura italiana centrándose en los paisajes. Precisamente paisajes serán las dos obras que cree durante su estancia en Italia. Me refiero a “Paisaje de la Villa Medicis”, en los que sobresale la soltura de la pincelada, la captación del ambiente exterior y la gran habilidad en la representación de la luz solar. Unas características que rallan con un todavía desconocido impresionismo.
"Paisaje de la Villa Medicis" de Velazquez (1651)
Este repaso a la obra de Velázquez viene a demostrar como el artista absorbe su contexto y como esto condiciona sus obras.  De cómo aquel que pintaba los cuadros detallistas en Sevilla era porque eso le habían enseñado, de cómo entrar en la Corte española le hace pintar numerosos retratos nobiliarios, de cómo es el propio Velázquez el interesado en absorber contextos y por eso viaja a Italia en dos ocasiones. Si no de que iba a pintar un andaluz cuadros sobre dioses griegos, o como iba, aquel joven que pintaba hasta la última arruga de una vieja, a acabar pintado paisajes a base de pinceladas gruesas.  




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