dissabte, 4 de desembre del 2010

Cuestión de clases

En el Antiguo Régimen el  poder era propiedad de los nobles y estos se esforzaban mucho en que su mayor capacidad de recursos quedara reflejada en cada uno de los rasgo de sus vidas. De aquí la aparición del arte rococó.
El rococó es una corriente artística relacionada con la decoración. Por supuesto estaba vinculada a la alta sociedad, especialmente a la francesa. Era un estilo centrado en transmitir poder y exclusividad. Entre sus características destacan: la utilización de las forjas de oro, la complicación de las formas y la conexión con la naturaleza.
Veamos la imagen:
Plaza Stanislas de Nancy (1752-55)
No nos olvidemos de que son solo verjas, pero verjas rebosantes de oro y de un desparpajo técnico descaradamente desbordantes a la par que prescindibles. ¿Cómo serán las casas si las verjas están decoradas de esa forma? Ahora pongámonos en la piel de un campesino del Antiguo Régimen que se ha pasado toda la vida trabajando su terreno y que llega hasta esas despampanantes verjas. Es obvio que para el campesino traspasar esas verjas seria entrar en un mundo completamente distinto al que el proviene. Un mundo de oro y lujo, que nada tiene que ver con su miseria y hambre.  ¿De verdad alguien piensa que esta sensación es casual?
Si extrapolamos las características de las verjas a la pintura, nos encontramos con unas representaciones vacías e inertes. Abunda el egocentrismo con representaciones protagonizadas por los propios nobles en situaciones puramente recreativas. Tengo que admitir que el aspecto técnico está más cuidado. Se puede encontrar detallismos interesantes e incluso “sfumatos” bien cuidados y un dinamismo compositivo muy logrado. Pero volvemos a lo mismo, el apartado técnico ha de estar supeditado al significado de la obra y estas obras no tienen significado más allá que remarcar su estatus social. En mi mas que humilde opinión el rococó es puro onanismo artístico.

"The swing" de Fragonart (1767)

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